San Juan, Puerto Rico – La Comisión de Educación, presidida por la representante Deborah Soto Arroyo, atendió hoy, a través de vista pública, el Proyecto de la Cámara 135, que busca establecer un número máximo de estudiantes por salón en las escuelas públicas.
La medida presentada por el representante Denis Márquez Lebrón, propone implementar un control sobre la cantidad de alumnos por aula como mecanismo para mejorar el aprovechamiento académico y los servicios educativos.
El Departamento de Educación fue la primera agencia en presentar su ponencia y única opinión con oposición sobre la legislación. “La medida presenta serios desafíos y un impacto adverso para el Departamento, y por ende, para su ejecución. La implementación del proyecto causaría un impacto presupuestario indeterminado para las arcas de Educación”, expresó Wendy Colón, ayudante especial del secretario interino de la dependencia, Eliezer Ramos Parés.
Según Ramos Parés, a través de expresiones escritas, el trastocar el número máximo de estudiantes por salón, “implicaría que el Departamento tenga que habilitar más salones y crear un presupuesto mayor en cada plantel”.
Por su parte, Márquez Lebrón mencionó que el análisis realizado por Educación sobre la medida está “distante” a las realidades que enfrentan las maestras y educadores con los estudiantes en el salón de clase. “Me parece indignante que hayan tratado su ponencia únicamente sobre el asunto fiscal y no trabajando este problema medular como un proyecto de país” sentenció.
Por otro lado, la representante Soto Arroyo insistió en un turno inicial, que la participación de la agencia a través de su experiencia como maestra fue inexistente y poco proactiva. “El Departamento nunca ha estado en la mejor posición de atender las verdaderas necesidades de las maestras del país. Como maestra, en muchas ocasiones, tuve que limpiar y pintar mi salón para lograr recibir a mis estudiantes. Estoy consciente que aquí las y los educadores están preparados con bachillerato, maestría y doctorado y dan la milla extra todos los días”, añadió.
La exposición de motivos del proyecto establece que estados como la Florida han adoptado por disposición constitucional establecer control sobre la cantidad de estudiantes por salón. “Los estudios han demostrado de manera consistente que un número menor de estudiantes por salón redunda en mayor aprovechamiento académico, una tasa menor de deserción escolar, una mayor expectativa de años de calidad de vida y un mayor potencial de ingresos futuros”, reza la medida.
El proyecto presentado por el representante del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), recibió en la vista el endoso de la Asociación de Maestros de Puerto Rico (AMPR), la Unión Nacional de Educadores y Trabajadores de la Educación (UNETE) y la Federación de Maestros y Maestras de Puerto Rico (FMPR).
Según el profesor Víctor Bonilla Sánchez, presidente de la AMPR, un estudio realizado hace 20 años conocido como el Tennessee Student Teacher Achievement Ratio (STAR, por sus siglas en inglés), logró establecer de manera empírica los beneficios de ofrecer clases con grupos más reducidos. “Luego de STAR, la National Education Association (NEA), publicó su política sobre el tamaño de los grupos de estudiantes por salón. Esa política estableció que algunos resultados de enseñar en grupos más pequeños eran niveles más altos de logros en los estudiantes de séptimo grado en lenguaje, lectura, ciencia, matemáticas y estudios sociales”.
A su vez, Liza Fournier Córdova, presidenta de UNETE, mencionó que “el proyecto es una afirmación categórica y contundente de que el estudiante es la única razón de ser del sistema educativo y el maestro su recurso principal”. Por su parte, la profesora Mercedes Martínez Padilla, presidenta de la FMPR, mencionó que si el Departamento desea apostar a una educación holística, aprobada, accesible e individualizada, “solo se puede lograr con una cantidad pequeña de estudiantes por salón, cuya cantidad dependerá del cupo de estudiantes en el mismo, tomando todas las medidas de seguridad”.