Por: Nicole González Milán

El 20 de septiembre de 2017, Puerto Rico fue azotado por uno de los desastres naturales más catastróficos de la historia, el huracán Maria. Un evento atmosférico categoría 4 con vientos sostenidos de 155 mph que provocó inundaciones en toda la isla y daños por más de $100,000 millones de dólares.

Desde 1928, Puerto Rico comenzó a experimentar la llegada de diversos eventos atmosféricos que marcaron un precedente en la sociedad con el pasar de los años. Tales como: San Felipe II (1928) – huracán categoría 5, San Ciprián (1932) – huracán categoría 3, Santa Clara (1965) – huracán categoría 1, Hugo (1989) – huracán categoría 4, Hortensia (1996) – huracán categoría 1, Georges (1998) – huracán categoría 3, Irene (2011) – tormenta tropical, Irma (2017) – huracán categoría 5 y María (2017) – huracán categoría 4.

Una de las áreas que se ha deteriorado con el pasar del tiempo por los embates de los huracanes es la infraestructura.  Edificaciones, casas y construcciones han colapsado tras recibir el impacto de tormentas o huracanes en la isla.

“Nos corresponde trabajar con la debida construcción de las edificaciones según los códigos tomando en consideración los tipos de suelo, ubicación, ondas sísmicas y vientos que se reciben tras la llegada de los eventos atmosféricos.  Gran parte de las casas y edificios en el área metropolitana se hicieron hace más de 50 años. Por esta razón, es importante inspeccionar diariamente las construcciones y actualizar los códigos de infraestructura. Otros aspectos que debemos tomar en cuenta son el mantenimiento de las carreteras, lugares incomunicados y sistemas de alcantarillas para evitar las inundaciones en nuestras comunidades. Nos encontramos más vulnerables que cuando vino el huracán María, sería catastrófico para Puerto Rico recibir el impacto de otro evento atmosférico similar. Sin embargo, debemos prepararnos y trabajar con las realidades a las que nos enfrentamos actualmente para desarrollar un Puerto Rico fuerte”, expresó la profesora y arquitecta, Astrid Díaz.

Los efectos del cambio climático han causado enormes estragos en diversos aspectos de la isla. El pasado fin de semana, Puerto Rico se enfrentó a un sinnúmero de lluvias que causaron inundaciones en varios municipios que se encontraban bajo aviso de precaución.

Toa Baja, Moca, San Sebastián, Añasco, Aguada, Las Marías, Maunabo, Yabucoa, Patillas, Rincón, Mayagüez, Arroyo, Naranjito, Vega Baja, Guaynabo y Caguas fueron algunos de los pueblos que recibieron mayor impacto de las fuertes lluvias que azotaron a la ciudadanía durante el fin de semana del viernes 4 de febrero hasta el lunes 7.

“En este fin de semana fue récord, ya que cayeron más de 8 pulgadas en cuestión de días. Fue un fenómeno que afectó toda la zona metropolitana, hubo inundaciones, desalojos y estragos comenzando el mes de febrero.  Yo creo que tenemos que empezar a dejar de hablar de temporada de huracanes, realmente el cambio climático está afectándonos consistente y psicológicamente. La audiencia piensa que los huracanes empiezan en una fecha y terminan en otra. Eso no es así. Estamos en un momento en el cambio climático donde los fenómenos están apareciendo en fechas distintas y tenemos que desarrollar una mentalidad de preparación y adaptación constante”, dijo el profesor y periodista, Luis Alberto Ferré Rangel

En el 2017, la Organización No Gubernamental, Germanwatch, llevó a cabo un informe investigativo en donde se mencionaban a los 10 países más vulnerables ante los efectos del Cambio Climático. Uno de esos territorios es Puerto Rico, tras recibir el gran impacto del Huracán María en el 2017, la isla se debilitó grandemente en los aspectos infraestructurales, sociales, económicos, ecológicos y políticos. Por esta razón, múltiples expertos recomiendan realizar un plan de reorganización y reestructuración para que la isla pueda subsistir ante los efectos del cambio climático.

“Tenemos que darnos cuenta de que somos parte de un entorno natural y debemos adaptarnos a él. Tenemos que estar muy conscientes y vigilantes a ese entorno. Nosotros podemos y debemos ajustarnos a los traumas que este entorno está sufriendo por la contaminación a causa de la humanidad. Por otro lado, también es importante reducir nuestra huella ambiental reciclando, reusando y siendo conscientes del consumo energético y de lo que acontece en nuestro entorno”, culminó  Ferré Rangel a modo de exhortación a la ciudadanía en entrevista.